Repudio frente a la posibilidad de reglamentar el ejercicio de la prostitución
COMUNICADO DE PRENSA
La ADU quiere expresar su posición en relación al tema que fue parte del debate político social en estos días en nuestra sociedad pampeana, en relación con la posibilidad de reglamentar el ejercicio de la prostitución.
Nuestro país es abolicionista y ha ratificado la Convención contra la trata de personas y explotación de la prostitución ajena (ONU 1949) reafirmando el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata, dando allí clara cuenta que se rechazan los términos "trabajo sexual", "trabajador del sexo" y "clientes". Como asociación que representa a quienes tenemos un compromiso de alta significatividad en la formación de las nuevas generaciones, la construcción de conocimiento y la participación activa en problemáticas sociales, no podemos dejar de advertir que estos discursos “solapados” -que se posicionan desde una falaz defensa de la libertad y los derechos humanos de las personas en condición de prostitución- lo que en realidad pretenden es legitimar el más perverso sistema de explotación y sometimiento de estas personas vulneradas y explotadas. Este “reglamentarismo” tiene un trasfondo de intereses económicos de enorme magnitud relacionados al sistema prostituyente, la trata de personas, el narcotráfico y la corrupción de las instituciones, que son quienes realmente se beneficiarían con su efectivización.
Quienes de verdad tengamos preocupación y compromiso por revertir estas situaciones de opresión bregaremos por políticas públicas de reparación, y restitución de derechos, que devuelvan lugares de verdadera dignidad a las personas y denunciaremos con firmeza todo intento conservador y discriminatorio, que considere que un grupo determinado de personas esté destinado a satisfacer supuestas necesidades sexuales de otras.
Reafirmamos de este modo lo que hace sólo días argentinos y argentinas hemos expresado en las plazas y calles de nuestro país. Consideramos, en definitiva, que no podemos posicionarnos desde una perspectiva de género y decir “Ni una menos” sin reaccionar frente a cualquier intento de “reglamentar” la opresión y la explotación.